domingo, 12 de abril de 2015

La Dama de Oro: Una obra maestra y llena de Arte





“Una historia donde nunca hay que rendirse si queremos conseguir nuestras metas”

Una historia real basada en la historia de Maria Altmann, una mujer que luchó durante años por recuperar unas pinturas de Gustav Klimt robadas por los nazis, y que durante generaciones pertenecieron a su familia. Una historia de lucha y superación por conseguir lo que es suyo y no parara hasta conseguirlo.

Una película que cuenta lo ocurrido en la segunda guerra mundial donde el robo de obras de arte para el Fuhrer era lo habitual. En la actualidad todavía hay unas 100 mil obras que sus dueños originales todavía no han sido devueltos a sus legítimos dueños.

A partir de aquí comienza la crítica SIN SPOILERS:

Maria Altmann (Helen Mirren), una mujer judía que huyó de Viena durante la II Guerra Mundial (1939-1945), sesenta años después regresa para reclamar las propiedades que los nazis confiscaron a su familia, entre ellas la célebre obra de Gustav Klimt 'Retrato de Adele Bloch-Bauer I'. El joven abogado Randy Schoenberg (Ryan Reynolds) la ayudará en esta lucha ante el gobierno austriaco y la Corte Suprema de los Estados Unidos. Al mismo tiempo, Maria deberá enfrentarse a las terribles verdades de su pasado.

Los ingredientes que ofrece el argumento 'La dama de oro', por lo menos sobre el papel son interesantes, a saber: basada en una historia real, obras de arte, trasfondo de la Alemania nazi, el robo de un cuadro a una familia judía, la lucha por recobrarlo de su legítima dueña y una demanda internacional que enfrenta a dos países. Todo ello, sumado al consumado talento de Helen Mirren como protagonista, hace que sobre el papel, este filme sea cuanto menos reseñable. En la práctica es distinto, y al poco de adentrarnos en el viaje que propone el filme, uno se pregunta si esta historia era verdaderamente interesante más allá de la anécdota.  


 
 
 
 
 
 
Aquí no veremos ningún campo de concentración. Lo que sí que veremos es a los Nazis robando las pertenencias de familias, poniéndolas en museos y negando su devolución a los herederos de dichas familias. Estos individuos, que parecía haberse ido con el fin de la Guerra y los juicios de Nuremberg, seguían impregnando algunas instituciones allá por los años 90. Les defino así porque, aunque no empuñasen armas, seguían negando los acontecimientos y negando derechos humanos.

Simon Curtis con este primer largometraje, consigue que los espectadores queden impresionados con la fabulosa historia de Maria Altman contra el gobierno austriaco como americano que no la ayudaron a conseguir un cuadro de su familia y gracias a la ayuda de un abogado, consiguió su objetivo y demostrar a la justicia que luchando y con dialogo y perseverancia se consiguen las metas que tenemos cada uno de nosotros.

 
 
 
Durante el metraje habrá momentos de flasbacks históricos ambientados en la Alemania nazi, donde el filme gana enormemente en ritmo al ofrecernos unas escenas con mayor urgencia y peligro que las desplegadas durante el resto del montaje. Son en estas escenas donde más vemos el porqué de la historia que se nos cuenta, y habrán algunas verdaderamente interesantes en cuanto a ritmo y tensión, que hacen de buen contrapunto con el resto del filme, más situado entre los tribunales y las tribulaciones.

Los momentos de investigación por parte del abogado al que encarna Ryan Reynolds son también uno puntos a favor del filme, sobre todo a los detalles que irá descubriendo por su cuenta para montar la demanda con la que devolver el famoso cuadro a su legítima dueña. Su relación con Mirren es bastante convincente por lo general, y pese alguna escena algo floja del actor (no encontré el punto de inflexión de su personaje que hace que cambie su actitud a mitad del filme), no está mal construida esta pareja en pantalla.


En cuanto a los aspectos técnicos hay mucho y muy interesante a comentar, empezando por el Guión creado por Alexi Kaye Campbell donde ha entramado una pieza histórica contando una historia de superación y lucha por lo que es suyo y de una familia a la que los nazis quitaron todo. Una parte de la historia donde todavía hay miles de obras que no han sido devueltas a sus legítimos dueños y esta película cuenta uno de los casos más importantes de la historia y del arte. La Fotografia/Efectos Visuales es realmente maravillosos como combinan los paisajes actuales de EEUU  y Austria con los paisajes de la II Guerra Mundial para dar más dramatismo a la trama y meternos en los ambientes de la época.


 
A nivel interpretativo hay que destacar a una incombustible Helen Mirren que lo hace de manera maravillosa y un Ryan Reynolds con mucha complicidad con su compañera de reparto y mucha química entre ambos. Por otro lado la interpretación de Daniel Bruhl también es bastante interesante pero bastante escasa respecto a los dos anteriores, pero con su importancia dentro de la trama. El resto de interpretaciones son meros personajes metidos en una cita con la historia, nazis y obras de arte robadas durante la guerra.

Maria Altman (Helen Mirren): ya no nos sorprende la polivalencia de esta actriz para interpretar papeles de todo tipo, porque se adecua a ellos de manera sorprendente y calar al espectador. En el largometraje interpreta a una mujer judía que tuvo que huir de Viena tras la invasión nazi y que lucha por recuperar un cuadro de Gustav Klimt - Adele Bloch-Bauer, que se da el caso que es el retrato de su tia.

Randy Schoenberg (Ryan Reynolds): después de verle en los últimos años como Linterna Verde de la factoria Dc y de policía cazando todo tipo de criaturas, ya era hora de hacer un papel con tanta madurez, sentimiento y fuerza de voluntad como el de este film. En la película interpreta a un abogado que ayuda a María a conseguir que el cuadro vuelva a su dueño y para ello removerá cielo y tierra para conseguirlo hasta el punto de lidiar con los estamentos más poderosos del gobierno para no provocar un conflicto internacional.

En definitiva, tenemos un largometraje muy bien montado donde vemos a una Helen Mirren inconmensurable y un relato que no solo gustará a los amantes de la Historia, sino a todos aquellos que tengan un mínimo de sentido común y no sean partidarios de los olvidos voluntarios ni del relativismo moral. Un gran Guion, unas muy buenas interpretaciones, un ritmo excelente. Emociona, impacta y conmueve a partes iguales.

Lo Mejor: Ryan Reynolds y Helen Mirren, el Guión

Lo Peor: poco protagonismo de Daniel Bruhl y demasiado flashbacks que hacen perderte en l historia.

Nota: 7/10
 
 
 
 

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